sábado, 7 de diciembre de 2013

Granitos | Buen café americano en Santiago de Compostela

Suena extraño, ¿verdad? Sí, sí, puedes leer el título otra vez, es cierto: buen café americano en Santiago de Compostela, Galicia... España... Así es, buen café estilo americano. 
Les cuento: Hace unas semanas fui a este lugar llamado "Cervecería 100 Montaditos" en busca del platillo típico del lugar. Un montadito, para quienes no lo saben, es como un mini-bocadillo y la particularidad de este lugar es que se especializa en la materia... ¡Hay de todo! Mi favorito es uno con salmón, queso crema y algo más (el número 77 creo o 78...) pero todos se ven deliciosos. Ofrecen otro tipo de alimentos, la mayoría salados, e incluso tienen una variedad de montaditos dulces, con chocolate, chispitas, nata montada, m&m, oreo... ¿A que suena bien?
Bueno, pues en un lugar así fue que encontré, by far, el mejor café americano que he probado en Santiago, y vaya que he probado una cantidad considerable. La historia comienza así: Ese día tuve un día largo, hice varias cosas, corrí mucho y hacía frío así que, en vez de pedir un refresco, agua o cerveza para acompañar mi selección de montaditos, pedí a la chica un café "sólo largo". "¿Americano?" preguntó y pensé «bien, alguien que sabe»; asentí y presté atención a cómo preparaba mi bebida. Voy a ser muy sincera: desde el año pasado me acostumbré a ver que los que preparan café en Santiago y en La Coruña sólo rellenan el filtro con café, lo aplastan con una placa del mismo molino, colocan el filtro en la máquina, presionan un botón y dejan el agua correr hasta que llegué a la medida de la taza. Sea americano, sea café solo, sea un solo largo... sea lo que sea y tanto descuido, en lo personal, me irrita pero, con el tiempo y prestando atención, te das cuenta de que ésa es la forma en que se hace el café en estos lugares. Es como la gente aprendió, es el modus operandi que todos aprenden... Sorprende, ¿no? Siendo el café (con o sin leche) algo tan importante en el día a día del español, habiendo tantas cafeterías, tantas máquinas, tantas mezclas a la venta... Causa impacto para cualquier extranjero, creo yo, al menos de los provenientes al otro lado del Atlántico.
En fin, por esta razón dejé de prestar mucha atención en cómo se prepara el café; entre más me concentro en ello más me irrito y se arruina el punto, ¿saben? Pues, observaba a la chica preparando el café y mi sorpresa fue: colocó la taza, apagó la máquina a la onza y después añadió agua caliente de la máquina hasta un centímetro antes de tocar el borde. Es decir, lo hizo como se debe. No me lo creía. Cuando preparas un americano en una máquina de cafetería, eso es lo que se hace. Preguntas "suave, fuerte o regular", calculas la cantidad de onzas necesarias y al resto de la taza, añades agua caliente. De esta manera NO QUEMAS EL CAFÉ Y NO LO ARRUINAS. Cuando me entregó mi tacita para que yo la llevara a la mesa, le dije "tú sí sabes preparar el café, ¿verdad?"; se rió y me dijo: "bueno, me gusta prepararlo como a mí me gusta, como yo lo tomo". Esperen que esto merece un destaque:

Me gusta prepararlo como a mí me gusta, como yo lo tomo.

Ésa es la clave, ladies and gentlemen. Ésa es la clave. 
Cuando haces algo con ganas, por mínimo que sea, se nota. El café estaba delicioso, y más con la idea de que esta chica de cabello corto bien estilizado estaba -tal vez sin pretenderlo- haciendo una diferencia. Está poniendo su granito de arena y sería bueno que todos empezáramos de una vez.

NOTA: Si alguien me puede recomendar un buen lugar para tomar café en Santiago, por favor que me lo diga en los comentarios. Me queda visitar el café Venezia donde fue premiado hace unos tres años el mejor barista de Galicia.