Parte II: Qué evitar.
Malos hábitos en el consumo del café.
Cuando tu
vida gira en torno a la responsabilidad del ambiente académico, te ves
sometido, antes de percatarte, a mucha presión. Por ello, tiendes a cometer
descuidos contra tu bienestar, sea salud, sea ánimo, sea distribución de
tiempo. El mejor consejo que te puedo dar es, básicamente, “sin excesos”. Recuerda que si
no estás lúcido o bien descansado, tu capacidad de producción y de concentración
serán mínimas: a la larga conviene más descansar, alimentarte y dedicarte al
estudio, que el desvelarte, comer a medias y no dormir para producir algo que
no muestre del todo tu potencial.
1. Pedir por pedir. Muchas veces estamos tan absortos
en nuestros asuntos que nos viene dando lo mismo lo que consumimos. ¡Aguas!
Elige aquello de lo que sientas necesidad, sea para mantenerte despierto o como
mera distracción. Si no necesitas más cafeína, pide un té, un jugo/zumo o
un agua de sabores. El azúcar te ayudará a mantenerte activo sin
alterarte los nervios. Fíjate en lo que requieres y atente a ello.
Foto: Mosaico. Pinterest y Google. |
2. Sucumbir al bajo presupuesto y pedir lo más barato. Si puedes,
gasta unos centavitos más. Si no, y no puedes esperar, valor, gente, valor:
“una vez al año…”.
3. Sacrificar el deleite al paladar por la practicidad. Esto es,
si el café o restaurante más cercano vende un café famosamente malo (como el de
los tres buhitos en la tierra del “Cielito Lindo”…), ¿para qué vas? Si te es
posible ir a un lugar donde el café se prepare como se merece, ve. Unos pasos
más, un paseo en bicicleta o en coche y ya está. Enjoy
the coffee-ride! ;)
4. Tomar más de dos tazas de café malo. Ocurre.
Cuando no es posible pagar algo decente, cuando no hay tiempo de ir y volver
más allá de las fronteras, y necesitas mantenerte activo y despierto… Cuida la cantidad de café que consumes. El
que el sabor no sea agradable no implica que la cantidad de cafeína disminuya;
el que la cantidad de cafeína disminuya, no quiere decir que será mejor para tu
salud.
5. RECALENTAR EL CAFÉ. Esto es malo, tan, tan malo y común que merece el énfasis
de la fuente. Cuando pasas horas frente a la computadora o los libros y aún
tienes café en tu taza pero está helado, parece una mejor idea el recalentarlo
en el microondas o en un pocillo que preparar una nueva tanda. No lo hagas: tira
el café viejo y prepárate un café fresco. Al
recalentar el café le quitas todos sus motivos:
propiedades y sabor. ¿Para qué?
6. Mezclar estimulantes. Tengo un amigo que en la preparatoria solía tomar café y coca-cola o café mezclado o seguido de una bebida energética... No lo hagas. Bajo ninguna circunstancia. Si no puedes con el cansancio, duerme. Lo que sabes, sabes, y lo que no, lo sabrás durante los 5 minutos pre-examen. Organiza tu tiempo para que no recurras a este tipo de medidas. Tu cerebro y tu cuerpo te lo agradecerán.
Espero te sirvan estos consejos, y si tuvieras más compártelos en
los comentarios.
¡Que tu día te aproveche!
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