domingo, 4 de agosto de 2013

Grano a grano | Mejor solo que mal acompañado: Sobre los colegas de nuestro café

La "regla general" -por llamarla de alguna manera- para tomar o degustar café por vez primera en algún lugar nuevo es pedirlo solo. Sin chocolate, canela o leche de ningún tipo, y el azúcar se elimina de la ecuación. Creo recordar que en más de una ocasión alguien hablaba de poner azúcar al café como si se tratase de un crimen atroz, un crimen gastronómico. Pero, seamos sinceros, la mayoría de nosotros solemos preferir nuestro café con un añadido que intensifique, o bien, contraste su característica amargura. 
Foto: Mitzi Guerrero, 2012.
     En la entrada anterior ["15 días pa' la costumbre"], mi amiga Adriana comparte su forma de tomar el café e, inspirada en ello, he decidido incluir una guía general sobre aquellos complementos más usuales según mi experiencia como "ex-barista", "ex-mesera", consumidora y testigo de lo que otros consumidores buscan. Mis fuentes de información se resumen a páginas en la red que he considerado congruentes con recomendaciones que, seguramente, todos hemos escuchado alguna vez. Ahora, debo aclarar que no he recurrido a ningún nutriólogo para solicitar información más concreta, más que nada porque donde me encuentro ahora no conozco a ninguno. Si tú tienes alguna recomendación que añadir a la causa sobre los alimentos enlistados o cualquier otra combinación que prefieras, ¡bienvenida! Sin más que aclarar, vamos a ello...

A.z.ú.c.a.r. 
  • Refinada: Blanca, brillante, como pequeños diamantes dulces. Es el tipo de azúcar más común, más económico y, sin embargo, menos saludable, pues para su presentación en el mercado ha pasado por procesos químicos (como la purificación) que terminan por sustraer sus nutrientes. Aparte del sabor, poco -o nada- aporta este tipo de azúcar debido a su carencia de... todo. Personalmente, intento evitar el azúcar refinada en mi consumo diario tanto por los daños que ocasiona a largo plazo como caries (suficiente con la coloración en los dientes a causa del café) y desarrollo de la obesidad, como por una cuestión de sabor. De haber azúcar mascabado o morena, mejor, y ya aclararé por qué.
  • Morena: Este tipo de azúcar resulta de mezclar el azúcar refinada con la melaza. Es una mejor opción cuando no encuentras azúcar mascabado en las tiendas o cafeterías. (Véase "¿Azúcar blanco, moreno o mascabado?", Ecogaia.com)
  • Mascabado: No es lo mismo que azúcar morena. Es lo primero a aclarar. El mascabado no ha sido refinado ni ha entrado en contacto con el azúcar refinada, como es el caso de la morena. Es azúcar en su más pura obtención. (Véase "El azúcar refinada, el piloncillo y el mascabado", D'Gustar.com.mx)
  •  Edulcorantes: Una buena opción para quienes deseen adelgazar y no puedan tomar su café sin un toque de dulzura.
L.e.c.h.e.
  • Entera: No recomendable. Es grasosa, es pesada y no es muy buena para el organismo. La única ventaja que le veo, es que le da un sabor muy agradable a cualquier variante del café con leche.
  • Semi-descremada. Ni muy muy, ni tan tan... 
  • Descremada/desnatada: Incluye todos los beneficios de la leche, y nada de grasa. Es la más recomendable pero debo advertir que al probar un café con este tipo de leche, estando acostumbrado/a a la entera, o incluso a la semi-descremada, vas a sentir que tu nuevo café es más ligero.
  • Leche de soya/soja: Una vez me preparé un latté con leche de soya en una cafetería que trabajaba. Sólo para experimentar algo nuevo, mucha gente había llegado pidiendo esa opción... A mí, en ese momento, no me gustó. Pero, leyendo sobre sus beneficios y su beneficiosa contribución tanto a la conservación del medio ambiente como a la del cuerpo humano en concreto, no rechazaría intentarlo de nuevo. Por mencionar algunas ventajas, "es una buena fuente de proteína vegetal, ayuda a reducir los niveles de colesterol en [la] sangre y reduce el malestar provocado durante la menopausia [en éste aún no me apunto...]" (Véase "Leche de soya y sus propriedades", Salud en RPP).
  • Leche de almendras: No la he probado; de hecho, no se me había ocurrido combinarla con café hasta que una amiga de Hermosillo (que es vegana) me lo comentó. Investigando un poco, resulta que es una excelente opción para personas con altos niveles de colesterol, intolerantes a la lactosa, o bien, que por una u otra razón sufran de vómito o diarrea, esto por su contenido de potasio (cuyos niveles se reducen en cualquiera de tales acciones). Como dato extra, resulta que esta leche se utilizaba en la culinaria medieval... ¿Qué tal?
E.s.p.e.c.i.a.s.
Foto: Por Manuela de Delíciassaudável.blogspot.pt
  • Canela: Especia colega por excelencia: el café de olla, su máxima expresión. En lo personal, me gusta añadir media varita de canela (de unos 5-7 centímetros) en un café negro pero no recomiendo añadir canela en polvo si no hay leche espumada de por medio: se harán bolitas y no se disolverá bien el sabor. Si no mal recuerdo, la primera vez que probé un capuccino fue con mis padres (tenía que pedir lo que ellos, su bebida venía en una bonita taza de cristal y yo me quería sentir "nice" :p) e incluía canela al tope de la espuma. Actualmente, esa usanza ya es un tanto arcaica... ¿Te acuerdas? La copa de cristal con una capa de leche, la capa del espresso, la leche espumada y la canela. 'Old school', y el tiempo que me llevó aprender a cómo prepararla sin que el café se mezclara con la leche y que la espuma no se bajara tan pronto... Ahora resulta que estaba adelantada a mi época ;D Ok, not, pero cuando un barista me pregunta si quiero canela en mi capuccino o latté, por un recuerdo alegre, la acepto.
  • Vainilla: Esta flor es un tanto "juguetona", por no decir "engañosa". Líquida, la vainilla es muy fuerte por lo que debes tener cuidado si la adhieres en tu café diario; pero, si añades vainilla en polvo en tu capuccino o en tu latté de la empresa de la sirenita que te pide tu nombre, encontrarás que es un sabor muy armonioso. Además, la vainilla es un estimulante del sistema nervioso, es afrodisíaca, también es calmante y tiene otras utilidades terapéuticas. Esta opción me recuerda a un amigo mío, también de Hermosillo. Durante los períodos de exámenes, tomábamos café con un toque de vainilla y azúcar morena para mantenernos conscientes. 
O.t.r.o.s.
  • Crema batida: Yum. 'Nothing else to add'.
  • Nuez moscada: Espolvoreada, quizá. No la he probado en café pero es buena en las galletas que lo acompañan.
  • Chocolate: Mocha, o un buen "chococafé" que probé en Guadalajara, en una cafetería que por aquel entonces acababa de abrir. Chocolate caliente y un shot de espresso con un plus que no se me dio a conocer pero que me hizo el día luego de pasar 5 horas en la FIL. Recomendado. Y es afrodisíaco, pero supongo que eso ya se sabe.
Cual fuese tu mejor opción, sin duda alguna es necesario tener ciertos aspectos en consideración al momento de elegir qué acompañará qué. Sea por razones de salud, de gusto, de costumbre o novedad, vale más saber qué ingerimos.Espero este texto te sea de ayuda, y que si tienes algún consejo, te sientas libre de compartirla.

¡Que aproveche!


Bibliografía [además de los referentes señalados]
García, Ligia. "Beneficios de la leche de almendras". Natursan.net.
Hervías, María Luisa. "¿Cuáles son los distintos tipos de leche y para qué sirven?". Guioteca.com. 
Wikipedia.org.



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