lunes, 12 de agosto de 2013

Café da manhã | Café vs Cefalea (dolor de cabeza)

"Café da manhã" es, como algunos sabrán, la forma en que se llama "desayuno" en Brasil. Aunque la lengua lusitana que practico día con día oscila entre un portugués norteño (la región de Porto) y un "portuñol" cada vez más solidificado (:p), y no he estado en Brasil (aún...), confieso que hay algunas expresiones que me gustan más de dicha variante; y es que en Portugal, la hora del desayuno recibe el nombre de "pequeno-almoço", mismo que resulta ser verdaderamente pequeño: un cafecito, un cuernito o cualquier pancito, una servilleta y ya está, "obrigado e bom dia". Esta fue una primera sorpresa cuando me enfrenté a la cotidianidad en Portugal, empezando por el nombre: mi "pequeno-almoço", no "pequeno" sino considerable... 
¡Volviendo al punto! 
"Café da manhã" titulará esta sección dedicada a unas primeras reflexiones antes de empezar el día; y es que para enfrentar al mundo ahí fuera, ¿qué mejor que una taza de energía y alegría? Vamos a ello.

De aquellas mañanas en que te levantas con un dolor de cabeza más despierto que tú...

     Estamos de acuerdo en que las desveladas, la tensión y algunas bebidas alcohólicas (con o sin exceso) pueden provocar que abrir los ojos sea una odisea la mañana siguiente, y en este punto confieso que me tomo con mucha seriedad la forma en que empieza mi día. Si tuve pesadillas, si desperté por algún sonido abrupto o si no escuché el despertador... aléjate. No me hago responsable de mi humor las primeras horas, me cuesta poner una buena cara. Por esta razón, tengo cuidado con lo primero que consumo. Antes de ingerir cualquier alimento, bebida o medicamento, me pregunto "¿es esto con lo que quiero comenzar el día?" y decido. No estoy mintiendo, ni con el café hago esta excepción debido a la acidez que me puede provocar. En mi caso, lo primero es al menos un trago de agua sino que un vaso lleno, y luego el café. Nada de medicinas, nada de frituras ni gaseosas. 


   Cuando despierto con dolor de cabeza o en estado "zoombie", el café es más fuerte. Cuando utilizo cafetera eléctrica (o americana) añado una cucharada más al filtro de papel por taza grande, o media por taza mediana, de manera que si normalmente utilizo dos cucharadas y media... he ahí. Cuando utilizo cafetera italiana pongo menos agua al filtro, de manera que el café será más concentrado y el primer sorbo hará su magia. Cuando utilizo prensa francesa, más café y como taza y media menos de agua. Por más que me duela la cabeza, no apuro el momento. Sorbo a sorbo, taza a taza... El dolor pasará; si no, ni modo, al medicamento. 
     ¿Es normal esto? ¿Soy la única que recurre a esta medida? Pues no. Resulta que hay gente que considera que el consumo de café es el causante de la cefalea cuando, en realidad, parece ser todo lo contrario. En mi caso, el café es un vicio. Soy adicta desde los ¿quince, dieciséis años? Con todo, he llegado a suspender mi consumo más de 5 días sin estragos en mi humor pero cuando la cefalea llega, el café me ayuda, incluso más que dos aspirinas. En www.cafeyciencia.org, hay un apartado donde se detalla la relación entre el café y el dolor de cabeza; merece una lectura atenta para no caer en el error. Basta decir que nuestro querido amigo favorece la concentración en tanto que estimulante, y permite contrarrestar este tipo de molestia matutina.

     Quiero dedicar esta entrada a una amiga brasileña que cada mañana y religiosamente, antes de cualquier cosa, lo primero que hace es poner el café en su gigante cafetera italiana. Extra-cargado, justo para dos tazas medianas y perfecto para acabar hasta con las cefaleas antes de empezar... Soy feliz testigo de ello. :)

     Me despido. Último sorbo, café "evaporado" y dolor terminado. 
     Bom dia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario