Lo
escribí hace un tiempo, me acordé de él, lo retoqué, y aquí se los dejo.
Tocarte
con las yemas frías,
y
que de tu alma oscura
la
calidez fluya de mis dedos
a
mis venas adormecidas.
Con
permiso...
...te rodearé con las palmas,
trenzaré
las manos en tu espalda
y
aspiraré tu aroma.
Despacio,
muy despacio
te
acariciarán mis labios
e
introducirás tu espíritu
en
mi espacio.
Por
fuera, a mi nariz, mejillas y ojos
las
embriaga tu aliento dulce, afrodisíaco.
Por
dentro, a mi ser tu ser
lo
baña de un misterio arcaico.
Ancestral
enigma es el secreto
que
en tu esencia guardas,
por
ser un veneno perfecto
que
rinde pero no mata.
Te
sostengo en donde mereces,
cerca
de mi pecho,
por
la confianza de tu oreja,
por
la seducción de tus silencios.
Ni
noche, ni luz, ni cielo,
ni
viento, ni verbo, ni dueño de mi tiempo.
¿Mi
amante? ¿Un íntimo secreto...?
Yo
hablaba le hablaba a mi café, malpensado sin remedio.
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