sábado, 30 de noviembre de 2013

Poema

Lo escribí hace un tiempo, me acordé de él, lo retoqué, y aquí se los dejo.

Tocarte con las yemas frías,
y que de tu alma oscura
la calidez fluya de mis dedos
a mis venas adormecidas.

Con permiso...
                    ...te rodearé con las palmas,
trenzaré las manos en tu espalda 
y aspiraré tu aroma.

Despacio, muy despacio
te acariciarán mis labios
e introducirás tu espíritu 
en mi espacio.

Por fuera, a mi nariz, mejillas y ojos
las embriaga tu aliento dulce, afrodisíaco.
Por dentro, a mi ser tu ser
lo baña de un misterio arcaico.

Ancestral enigma es el secreto
que en tu esencia guardas,
por ser un veneno perfecto
que rinde pero no mata.

Te sostengo en donde mereces,
cerca de mi pecho,
por la confianza de tu oreja,
por la seducción de tus silencios.

Ni noche, ni luz, ni cielo,
ni viento, ni verbo, ni dueño de mi tiempo.
¿Mi amante? ¿Un íntimo secreto...?
Yo hablaba le hablaba a mi café, malpensado sin remedio.


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